En la actualidad, la forma en que pagamos ha evolucionado de manera vertiginosa. Desde las clásicas tarjetas con chip hasta las modernas soluciones sin contacto, cada método ofrece ventajas y retos específicos.
Conocer a fondo estas tecnologías te permitirá aprovechar al máximo tus tarjetas y proteger tus pagos frente a posibles amenazas.
Una tarjeta contactless permite realizar un pago sin necesidad de introducirla en el terminal. Esta funcionalidad se basa en tecnología NFC (Near Field Communication), una comunicación inalámbrica de corto alcance que opera a menos de 4 cm.
Los terminales de punto de venta (TPV) detectan la presencia de la tarjeta o del dispositivo móvil y establecen un canal seguro para la transacción. Además del circuito EMV visible, la tarjeta incorpora internamente una antena NFC que facilita este proceso.
Para dispositivos móviles y wearables, bancos y proveedores como Apple Pay o Google Pay implementan esta tecnología en combinación con la autenticación biométrica. Gracias a ello, tu smartphone o reloj inteligente se convierte en una extensión de tu tarjeta.
Realizar pagos contactless es tan sencillo como acercar la tarjeta al lector que muestre el símbolo de ondas. Para importes inferiores a 50 € (límite habitual en España), no es necesario introducir el PIN, lo que agiliza la operación.
Si el importe excede este límite, el sistema solicitará autenticación mediante PIN o, en dispositivos móviles, huella o reconocimiento facial. Esta dualidad entre facilidad y seguridad es clave para la rápida adopción:
La tendencia global apunta a que más del 90% de las transacciones presenciales utilicen el estándar EMV, ya sea por contacto o sin contacto.
Detrás de la aparente simplicidad, los pagos contactless cuentan con múltiples barreras de seguridad para minimizar el riesgo de fraude.
Además, los consumidores suelen estar exentos de responsabilidad si reportan rápidamente posibles movimientos fraudulentos.
Ambas tecnologías comparten la misma base EMV, pero se distinguen por su modo de interacción y velocidad:
La convergencia entre chip y contactless ha transformado la experiencia de pago, combinando comodidad y altos estándares de seguridad. Mientras la tecnología NFC avanza y los protocolos se actualizan, los usuarios disfrutan de operaciones cada vez más rápidas y seguras.
Para aprovechar estas ventajas, es esencial conocer los límites, activar controles de seguridad y mantener la tarjeta o el dispositivo bien protegidos. Así, podrás realizar pagos de forma ágil y confiable, adaptándote a la nueva realidad de la economía digital.
Referencias